18 Feb ¿Conocer la genética del triatleta podría mejorar su rendimiento?
Hablar de genética en triatlón o en deportes de resistencia puede sonar poco habitual o simplemente tener la creencia de que poco influye en el rendimiento del triatleta o incluso en su salud.
Gracias a los avances en la investigación del genoma humano y a su transferencia a nuestra realidad clínica o deportiva, es posible disponer de una información imporante si lo que se busca es conseguir el mayor rendimiento deportivo del deportista o la mejor calidad de vida practicando este deporte durante muchos años.
El I+D+i en el ámbito de la genética aplicada al deporte está teniendo un crecimiento exponencial, basta con cruzar en PubMed estos términos «genetic and resistance performance» para ver el aumento de publicaciones en los últimos años:
¿Qué son los genes y cómo pueden influir en la salud o el rendimiento del triatleta?
Los genes son segmentos de ADN y para conocerlos basta con pensar en un puzzle de casi 30.000 piezas en la que cada una debe encajar perfectamente. Contienen información genética encargada de determinar las características y funciones de nuestro cuerpo, desde la capacidad para asimilar la cafeína o la creatina, hasta explicar porque un deportista puede presenta una mayor predisposición a las lesiones por sobre uso o su mejor o menor capacidad para obtener energía por vía aeróbia o anaerobia.
Conocer de cerca la predisposición del deportista puede ayudar en gran medida a realizar cambios nutricionales a partir de una nutrición de precisión, mejorar la suplementación en el caso de ser necesaria o planificar el entrenamiento en base a las fortalezas y debilidades del deportista.
MySport es un test genético desarollado por el laboratorio Overgenes destinado a conocer el perfil genético del deportista agrupando la información en cuatro aspectos estrechamente relacionados, permitiendo conocer la capacidad de rendimiento en hipoxia, la composición del tipo de firbras musculares, la oxidación lipídica, la adipogénesis, el sistema ATP-CK, el riesgo de lesiones musculares, ligamentosas o tendinosas, fracturas de estrés y osteoartritis. Asimismo, el deportista conoce en base a su genética, su fuente favorable de obtención de energía como pueden ser los carbohidratos o por el contrario, presenta algún tipo de intolerancia. De manera resumida, el perfil genético del triatleta contempla los siguientes aspectos:
- Perfil de resistencia
- Perfil de fuerza
- Nutrición y regulación del peso
- Riesgo de lesiones
Particularmente en triatletas jóvenes, resulta importante conocer su perfil genético con el fin de optimizar o potenciar aquellas características que puedan contribuir a lesionarse menos, especialmente en las lesiones por sobreuso, como la periostitis, edemas óseos y fracturas por estrés. También puede orientar sobre las cualidaes físicas mas favorables con vistas a su futuro deportivo a partir de las vías de obtención de energía, tipos de fibra muscular o rendimiento en hipoxia:
Otra información que un test genético puede aportar al triatleta es sobre la prevención de los calambres musculares. O’Conell et al. 2013, identificaron por primera vez en 266 triatletas de larga distancia el gen COL5A1 rsl12722 como potencial marcador de los calambres musculares asociados al deporte. Estos resultados sugieren que los cambios en el tejido conectivo que contienen colágeno tipo V pueden modular directa o indirectamente el riesgo de calambres.
El triatlón es un deporte de resistencia en el que las vías por las cuales el triatleta obtenga la energía o su capacidad genética para desarrollar el VO2max parece ser clave de cara a definir su perfil como deportista.
En la siguiente imagen se muestra la genética sobre el perfil de resistencia de dos triatletas profesionales. El triatleta con un perfil de larga distancia se caractariza por presentar unas vías favorables para el desarrollo del VO2max y para la obtención de energía por vía aeróbica (biogénesis mitocondrial y eficiencia lipoenergética), así como mayor vasodilatación. La biogénisis mitocondrial hace referencia a la formación de mitocondrias, constituyendo «la central de energía» para la producción de ATP (adenosín trifosfato). Un mayor número de mitocondrias y la optimización de su funcionamiento permiten a las células producir más ATP, lo que se traduce en un aumento de la capacidad energética y un mejor rendimiento en actividades físicas y metabólicas. Una menor capacidad genética en esta vía puede provocar por ejemplo, que el entrenamiento en altura no genere los resultados esperados si no se siguen las pautas adecuadas en las cargas de entrenamiento y recuperación del cuerpo debido a un incremento en el estrés fisiológico. En estos casos, la monitorización del triatleta mediante su variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) y frecuencia cardíaca en reposo (FCrep), es esencial para realizar un seguimiento de la carga de entrenamiento y asegurarse de que no se esté sobreentrenando. Esto incluye ajustar la intensidad y la duración de las sesiones de entrenamiento en función de la respuesta del cuerpo.
Los ejemplos explicados corresponden a triatletas que han llegado a lo más alto del rendimiento deportivo pero no olvidemos que la persona nace con la genética, es decir, que estos mismos datos mostrados ya se conocían desde antes de llegar al deporte profesional, de ahí la importancia de su aplicación en los jóvenes talentos para ayudarles a encontrar su mejor camino deportivo.
Una vez conozco mi perfil genético, ¿qué puedo hacer para mejorar mi rendimiento o salud?
Tras la interpretación del test por parte del profesional de la biología molecular, se pautan las recomendaciones y actuaciones a seguir para mejorar tanto el rendimiento deportivo como la salud. Principalmente, la mejora se basa en la personalización del entrenamiento, la nutrición personalizada, la prevención de lesiones, la optimización del descanso y la recuperación.
Por ejemplo, un triatleta puede tener una mayor predisposición para el desarrollo de su capacidad aeróbica en pruebas de larga distancia que para pruebas de distancia sprint, se puede ajustar la dieta en base a su predisposición genética para optimizar mejor la obtención de energía a partir de ciertos alimentos. Por otro lado, se puede conocer cual es la mejor estrategia para la prevención de lesiones o para mejorar la calidad del sueño, lo que influye directamente en la capacidad de la recuperación.
Del mismo modo, permite conocer que tipo de suplementación deportiva es la mas eficaz en competición o durante la recuperación. Test como el de intolerancias Myi4, permite determinar el riesgo de intolerancia al gluten, lactosa, fructosa e histamina en un mismo análisis, clave para saber si los geles o barritas que se toman son asimiladas o por el contrario son la causa de dolores estomacales.
Recalcaría un aspecto clave y es la interpretación de la información del test. La interpretación de un test genético aplicado al deporte de alto rendimiento o para la prevención de lesiones, no es tarea sencilla porque se debe tener en cuenta el cambio de la función de la proteína según la variante genética de impacto. Un profesional especializado de la biología molecular es el profesional encargado de explicar y transferir al entrenamiento y comeptición esta información estableciendo sinergías con el nutricionista, fisioterapueta y entrenador.
Espero haber aportado información práctica sobre una temática que considero novedosa e importante. Sobre todo, tenga en cuenta la importancia de ponerse en manos de profesionales cualificados para interpretar este tipo de información.