28 Dic ¿Cómo cuantificar la carga externa para la prevención de lesiones en deportes de carrera?
En 2023, la nueva versión de Stryd aportaba una de las variables encargadas de cuantificar la carga de impacto a partir de la fuerza vertical de reacción del suelo. También otro tipo de wearable como Frontier X2 la utiliza para cuantificar el riesgo de lesión en carrera. Aunque se trata de una estimación a partir de la aceleración, parece ser una variable interesante a tener en cuenta. Si deseas ampliar información puedes acceder a este artículo publicado hace 18 años y también a este otro más reciente de 2016. Por aquel entonces se utilizó la plataforma de fuerza como el Gold Standard de la medión de la fuerza. Actualmente, gracias a la tecnoclogía IMU se estiman algunas de estas variables a partir de la aceleración. La portabilidad de los IMU les ha convertido en la herramienta idónea para el análisis del movimiento a pie de campo, dejando las plataformas de fuerza para uso en I+D o de laboratorio. Además, los wearables tienen la ventaja de vincularse directamente a Connect, Training Peaks o sus propias plataformas para el control del entrenamiento.
En termino prácticos, se puede conocer el impacto generado del pie contra el suelo a partir del vertical average loading rate (VALR) e instantaneous vertical loading rate (VILR), ambas expresadas en peso corporal dividido por segundo (BW/s). Su signifiado clínico viene determinado por la velocidad con la que se genera fuerza contra el suelo, de modo que valores elevados son indicativos de menor capacidad para absorber impactos pudiendo ser una causa principal de algunas de las lesiones por sobre uso como las periostitis y las fracturas de estrés.
En la siguiente gráfica se representa la fuerza de reacción del suelo en el componente vertical (vGRF) durante la fase de apoyo (% Stance). La tasa de carga vertical instantánea (VILR) y promedio (VALR), calculadas sobre la porción de la curva de fuerza de reacción vertical del suelo entre el 20 y el 80% del tiempo hasta el pico de impacto.
Las tasas de cargaVILR y VALR se calculan entre el 20% y el 80% del tiempo transcurrido desde el inicio de la pisada (0% stance) hasta el pico de impacto (+-15% stance). Se selecciona esta parte de la curva porque es la sección más lineal de la fase inicial de carga, lo que facilita una medición precisa y consistente (Clare et al. 2006)
De acuerdo a Clare et al. 2006, Alas corredoras con fractura de estres tibial corrieron con un VILR y VALR mayor que corredoras sin lesión:
En otro estudio, Davis et al. 2016, también determinaron que la tasa de carga promedio vertical (VALR) era significativamente mayor en las corredoras con lesiones diagnosticadas médicamente en comparación con aquellas que nunca se habían lesionado. Concretamente, cuando la VALR superaba los 66,0 puntos de peso corporal (BW)/s, las probabilidades de sufrir una lesión diagnosticada eran 2,72 veces mayores. Esto indica que una mayor carga de impacto se asocia con un mayor riesgo de lesiones relacionadas con la carrera, en particular lesiones óseas y de tejidos blandos, lo que pone de relieve la importancia de controlar la carga de impacto en los corredores.
Los hallazgos de este estudio sugieren que monitorear la tasa de carga promedio vertical (VALR) podría servir como un predictor fundamental del riesgo de lesiones en los corredores. Esto podría llevar a la implementación de estrategias preventivas en la práctica clínica, como aconsejar a los corredores sobre el calzado adecuado, las técnicas de carrera y los regímenes de entrenamiento para reducir las fuerzas de alto impacto durante la carrera.
Llevado a la práctica, es de necesario observar la diferencia entre la tasa de carga promedio vertical o impact loading ratio (ILR) si se utilia un dispositivo Stryd, a ritmo en zona 2 y a ritmo en zona 4 porque debe existir una diferencia de valor importante, siendo menor el ILR en zona 2 que en zona 4. Por ejemplo, un corredor eficiente presentaría un ILR en torno a 55-65 Bw/s corriendo en zona 2 y de 95-110 Bw/s en zona 4. Sin embargo, un corredor que de manera reiterada presenta lesión por sobre uso, presentaría un ILR en torno a 70-90 Bw/s corriendo en zona 2 y de 100-120 Bw/s en zona 4. Esto indica que hay un problema en la absorción de carga, bien relacionada con las dinámicas de carrera, con la escasa elasticidad del corredor o ambas (Martínez Gramage J. 2024)
Obsérvese en el siguiente ejemplo la reducción sobre el ILR de la segunda gráfica al modificar las dinámicas de carrera y la forma de correr a partir del gait retrainng: